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…lo que llamamos la muerte es antes que nada

la conciencia que tenemos de ella.

George Bataille

La idea es “recoger los pasos” que han sido determinantes en la formación de mi subjetividad. Aquello que siento parte substancial de mi vida y sus momentos de experimentación emocional, sentimental, mental, corporal que hablan sobre arquetipos dentro de la vivencia femenina; momentos que se trasladan y mutan de acuerdo con la persona, pero que siempre tendrá un punto en común en la experiencia del otro.

 

Recoger los pasos es entrar en un ritual de agonía que suelta amarras, a un estado de vacío que expande la percepción de los límites corporales hacia la nada, abriendo un paréntesis en el sentido del tiempo, del ser y del estar. Hacia el cambio, hacia el momento de transición liberada de angustia, para reunir los rastros echados en el tiempo, las improntas del pensamiento, el amor, el deseo, el miedo, los rostros de mis otros. Huellas de una subjetividad construida desde la experiencia de la feminidad en un contexto más bien andino.

 

Este es un performance de diez horas de duración, en el que, a través de su duración de ejecución, voy llegando a un estado de vacío que expande la percepción de los límites corporales y de las nociones de tiempo. Así se crea un espacio para el espectador y sus propios campos de percepción; quien experimenta el cuerpo como espacio liminal y de encuentro.

Audiovisual: Paúl Rosero Contreras

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